diumenge, 30 de gener del 2011

Mi relación con las artes escénicas nunca ha sido intensiva, pero sí suficiente. Esta noche he podido tachar una cosa más de la lista. A lo largo de mi vida, descubrí, por este orden, el circo, el teatro, el ballet, los conciertos y la música clásica (me es imposible meter a Franz Ferdinand y un concierto de año nuevo en el mismo saco). Hoy he ido a la ópera por primera vez y, si no soy pobre como una rata, volveré lo antes posible.

Era Eugène Oneguin, en versión (¿se puede decir versión?) de Omer Meil Wellber. Aunque suene tópico, la obra es un crescendo. Tres actos en los que van cambiando el ritmo y la escenografía. De un decorado minimalista basado eminentemente en la iluminación pasamos a otro más realista y detallista. La historia culmina en el tercer acto. Sobre un decorado que bien podría calificarse entre pop y futurista los personajes se convierten en la idea que yo tenía de la ópera. No es que estuviese justificado, por supuesto, pero yo imaginaba más tensión, más chillidos. Y eso es algo que ocurre en el último tercio de la obra, sin desmerecer en absoluto los dos anteriores.

La última escena es sensacional, aunque eso me haga caer en la aliteración. Después de recibir la negativa de Tatiana, Oneguin cae al suelo mientras, detrás suyo, todas las manzanas rojísimas que había encima de la mesa ruedan sobre el suelo de carré blanco y negro, como un ajedrez.

diumenge, 23 de gener del 2011

Mi vuelta al ring de la noche valenciana

Antes o después tenía que pasar. Y, aunque me ha costado lo mío, por fin el otro día empecé mi (lenta) reincorporación a la vida social en la terreta. La conclusión va un poco por donde yo me imaginaba. Valencia es un buen sitio para vivir, pero probablemente no sea mi sitio. Los garitos abren hasta más tarde, la gente se salta la ley antitabaco con más morro. El metro no (me) sirve para nada.

dijous, 20 de gener del 2011

Desde que cambié el tono de mi móvil soy otra persona. Ríte, ríte, pero lo digo muy enserio. Quién hubiese imaginado que un simple politono podría ser el causante de tanta crispación. Ahora me despierto a otro ritmo: he pasado de una electrónica acelerada in crecendo a una suave melodía pop. También le he bajado el volumen.

Lo que no puedo entender es que los responsables de Sony, con lo que deben cobrar, no hayan reparado en que el tono que viene configurado por defecto para el despertador juega en su contra. Yo, personalmente, ya estoy un poco más cerca del iPhone 4. Tan importante es dormir lo suficiente como entrar y salir del sueño en condiciones. Ultimamente he leído varios artículos,con lo sensible que soy (y crédula) a todas las noticias que versan sobre el bienestar personal.

Al parecer, es conveniente ir reduciendo la intensidad de la luz en la última hora antes de acostarse. No recuerdo cuál era el beneficio exacto de esta medida, pero doy por seguro que se trata de algo sumamente importante.

dissabte, 13 de novembre del 2010

Estaba mirando un poco el blog y de repente me he dado cuenta de que ya puedo quitar los (casi) del perfil. Tengo 23 años, soy licenciada en derecho y, si pago los créditos de libre elección que me toca pagar, también licenciada en periodismo. Bien mirado, podría dejarlo en casi 24 años. y, por si las moscas, dejar de lad cualquier apreciación sobre mi cordura.

También debería dejar eso de Alba y el mundo en Alba y el periódico, ya sea nomenclatura general o particular.

Sé que no estoy descubriendo nada, pero el periodismo es, entre otras cosas, estresante.

dimecres, 27 d’octubre del 2010

Valencia, año 2010

Dudo que nadie se acuerde ya de aquél blog creado para cualquier clase absurda de las varias que cursamos durante los dos años de carrera, así que supongo que puedo escribir con relativa libertad. Lo he hecho, he dado el paso, estoy donde no pensaba que acabaría y donde muchos de mis compañeros querrían: en un medio de comunicación. Claro que se trata de un estar muy sui generis, pero estar al fin y al cabo.

Hoy he ido a las cortes. Llevo 4 semanas y aunque empiezo a ubicarme, también a desencantarme -un poco más- con la política. Pese a todo, existen personas válidas con eso que llaman "vocación de servicio público".

Valencia tiene un metro inútil y yo no sé ir en bici.

El invierno es un drama de inmensas proporciones.

Quizás haga un posgrado que tiene algo que ver con derecho y nada con periodismo.

No leo nada, ya.

Aunque me sumiría en un blues acompañada de Kings of Convenience, escucho Mark Lanegan sólo porque, ya sabes, probablemente me acredite. Pequeñas ventajas de la corresponsalía.

diumenge, 25 de juliol del 2010

¿Cuántas de esas personas desorientadas del Love Parade estarían, además de acojonadas, hasta el culo de cualquier sustancia psicotrópica? No los critico, sólo pienso en la sensación que debe producir estar en ese lugar bajo los efectos de las drogas y casi me da un chungo a mí.

dimarts, 2 de febrer del 2010

"Ahora sí. Estás en tu habitación, tranquilo, abres el libro por la primera página, no, por la última, antes de nada quieres ver cómo es de largo. No es demasiado largo, por fortuna. Las novelas largas escritas hoy acaso sean un contrasentido: la dimensión del tiempo se ha hecho pedazos, no podemos vivir o pensar sino retazos de tiempo que se alejan cada cual a lo largo de su trayectoria y al punto desaparecen. La continuidad del tiempo podemos encontrarla sólo en las novelas de aquella época en la cual el tiempo no aparecía ya como inmóvil ni todavía como estallando, una época que duró más o menos cien años, y luego se acabó."