Ayer leí en El Pais que la aerolínea norteamericana United Airlines obligará a partir de ahora a las personas obesas que quieran viajar con ellos a pagar dos billetes. La decisión ha sido adoptada a raíz de las más de 700 quejas recibidas por parte de pasajeros. Seguro que tener que compartir asiento con una persona con sobrepeso no es el colmo de la comodidad, pero estoy convencida de que existen medidas igual de efectivas y menos humillantes, claro que no tan lucrativas como cobrarles el doble a personas por el hecho de padecer una enfermedad. Que la solución pase por abusar de personas que tienen un problema me parece francamente excesivo.
La lógica de esta nueva política es maquiavélica: ¿Uno paga en función de lo que pesa? Teniendo en cuenta que el 34% de los norteamericanos son obesos, ¿deben las compañías made in USA tener dos tarifas diferenciadas? Puedo imaginármelo: "Gran oferta, una semana en las Islas Mauricio desde sólo 799 dólares por persona. Gorditos, 950".
Aceptar este tipo de medidas es aceptar la tiranía de lo normal, del patrón estándar. En la edad media quemaban a las mujeres pelirrojas, en el siglo XXI les cobramos un extra a las personas con un IMC superior a 25.
Tanto si lo entendemos como una enfermedad como si nos parece una característica fisionómica, no se puede tolerar. Que Estados Unidos invierta más en políticas de alimentación saludable parece algo mucho más sensato y efectivo.
El artículo del Daily News, aquí.
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Fa 8 mesos
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